27/11/2010
Las diferentes organizaciones ambientalistas que recorrieron por varios días el Río San Juan, para constatar la denuncia tica sobre el supuesto daño ecológico en tierras costarricenses, emitieron un informe en el que desmienten la versión de los vecinos del Sur, pero comprueban el impacto ambiental que existe en la cuenca fronteriza.
En la expedición participó el Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos de Nicaragua, CIRA-UNAN, Centro Humboldt, Amictlan, Hijos del Río y Fundación del Río.
El estudio confirma que el Río San Juan sufre impactos ambientales causados por el mal uso de los suelos contenidos en el territorio nacional, ya que el Xolotlán y el Gran Lago descargan sedimentos en el río.
“El Río San Juan, además de la carga contaminante que recoge desde la parte nicaragüense, recibe el aporte de sedimentos y contaminantes de los ríos costarricenses que bajan desde la cordillera de Guanacaste, Central y Tilarán”, detallaron los ambientalistas.
Especificaron que los ríos ticos, San Carlos y Sarapiquí, son los que arrastran enormes cantidades de sedimentos, incluso revelaron la existencia de otros estudios que demuestran que el primero arrastra al día 864 toneladas de sedimento, mientras que el segundo arrastra más de 1 mil 200 toneladas de sedimentos diariamente.
“Frente a San Carlos, es fácil subirse al mirador y desde los cañones de la ciudad se puede ver la diferencia entre los colores de las aguas que proceden de Costa Rica, las cuales son totalmente distintas a las que drena el lago Cocibolca. Creo que hay una doble moral en el enfoque de preservación medioambiental de nuestro vecino del Sur. Nosotros lo comprobamos en un recorrido de tres millas abajo sobre la cuenca nicaragüense”, aseguró Antonio Ruíz, director ejecutivo de Fundación del Río.
En los resultados del estudio explican que no encontraron evidencia alguna sobre daños ambientales limitados en el terreno nicaragüense como impacto de la obra de limpieza.
Sin embargo, los encargados de esta investigación esperan que las autoridades gubernamentales del país acaten cada una de las recomendaciones que los expertos sugieren, tales como: un manejo apropiado de combustibles, manejo de residuos de vidrio y plástico, así como también consideran que se debe mejorar el plan de control de emergencias.
Las diferentes organizaciones ambientalistas que recorrieron por varios días el Río San Juan, para constatar la denuncia tica sobre el supuesto daño ecológico en tierras costarricenses, emitieron un informe en el que desmienten la versión de los vecinos del Sur, pero comprueban el impacto ambiental que existe en la cuenca fronteriza.
En la expedición participó el Centro para la Investigación en Recursos Acuáticos de Nicaragua, CIRA-UNAN, Centro Humboldt, Amictlan, Hijos del Río y Fundación del Río.
El estudio confirma que el Río San Juan sufre impactos ambientales causados por el mal uso de los suelos contenidos en el territorio nacional, ya que el Xolotlán y el Gran Lago descargan sedimentos en el río.
“El Río San Juan, además de la carga contaminante que recoge desde la parte nicaragüense, recibe el aporte de sedimentos y contaminantes de los ríos costarricenses que bajan desde la cordillera de Guanacaste, Central y Tilarán”, detallaron los ambientalistas.
Especificaron que los ríos ticos, San Carlos y Sarapiquí, son los que arrastran enormes cantidades de sedimentos, incluso revelaron la existencia de otros estudios que demuestran que el primero arrastra al día 864 toneladas de sedimento, mientras que el segundo arrastra más de 1 mil 200 toneladas de sedimentos diariamente.
“Frente a San Carlos, es fácil subirse al mirador y desde los cañones de la ciudad se puede ver la diferencia entre los colores de las aguas que proceden de Costa Rica, las cuales son totalmente distintas a las que drena el lago Cocibolca. Creo que hay una doble moral en el enfoque de preservación medioambiental de nuestro vecino del Sur. Nosotros lo comprobamos en un recorrido de tres millas abajo sobre la cuenca nicaragüense”, aseguró Antonio Ruíz, director ejecutivo de Fundación del Río.
En los resultados del estudio explican que no encontraron evidencia alguna sobre daños ambientales limitados en el terreno nicaragüense como impacto de la obra de limpieza.
Sin embargo, los encargados de esta investigación esperan que las autoridades gubernamentales del país acaten cada una de las recomendaciones que los expertos sugieren, tales como: un manejo apropiado de combustibles, manejo de residuos de vidrio y plástico, así como también consideran que se debe mejorar el plan de control de emergencias.
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