“Llevamos años denunciando lo mismo, lo hemos hecho en la Fiscalía de Bluefields, hemos pedido la intervención de las autoridades. Todo esto ocurre mientras se mueren nuestros animales y se enferman nuestros niños”, dijo el campesino Migdonio Astorga, líder comunitario de la comarca Flor de Pino, en el municipio de Kukra Hill, Caribe Sur.
“Están envenenando nuestras fuentes de agua como el Río Guadamuz que recibe los desechos contaminantes de la palma, usan el Gramoxone, el Randall y otros químicos que llevan años de estarnos afectando, y nadie nos escucha, ni dice nada, todos están calladitos”, denuncia Astorga, en relación con las empresas productoras de aceite vegetal, Kukra Development S. A. y Río Escondido Industrial S.A., señaladas de contaminar el ambiente debido al desborde de las pilas de tratamiento, contaminación de suelo, subsuelo, y de especies florísticas y faunísticas, entre otros daños.
Daños de vieja data
Señalan los denunciantes que son muchos los perjuicios a causa de la siembra y extracción del aceite de palma africana en la población de Caño Las Limas y comunidades colindantes, en la que múltiples familias han sido afectadas, desde la instalación en la zona de esa empresa.
Don Pablo Rodríguez, líder comunal de Las Limas, dice que el problema de contaminación de Caño Las Limas tiene más de seis años, y se debe a los desechos tóxicos que desembocan allí. “Estamos sufriendo las consecuencias porque el ganado se está muriendo, ya que ese caño lo usamos para que los animales tomen agua, se bañen, y nuestra gente lave su ropa, pero de un tiempo para acá, aparecen los animales muertos, hay malos partos en las vacas y en las bestias mulares, y nuestros niños padecen de enfermedades respiratorias, manchas, picazón y ronchas en la piel”, sostiene don Pablo.
A lo anterior agrega que “son toneladas de humo las que nos echan diario, y todo este tiempo nos han tenido engañados de que se harán cargo, pero nunca hacen nada”.
Róger Montalbán, responsable de la Secretaría Regional de Recursos Naturales del gobierno autónomo (Serena), dijo que a pesar de generar empleo a la gente de la zona, la empresa falta a la ética cuando altera los datos de su estudio de impacto ambiental. “Existen modificaciones como el incremento de área, que no nos informara nada. Éste es un problema que se debe subsanar lo más pronto posible”, expresa Montalbán.
Consejo Regional desinformado
Por su parte, Ethell Christian, miembro del Consejo Regional, dice que la empresa está obligada a informar al pleno del Consejo sobre las formas de explotación de los recursos naturales, y aseguró que va a recomendar que se realice un monitoreo más cercano hacia las empresas. “Toda la información está concentrada en Managua, nadie conoce lo que esas empresas realizan aquí, estamos obligados a conocer el impacto que éstas tienen sobre nuestro medio ambiente”, añadió Christian.
A inicios de este año, un colectivo de familias campesinas de Las Limas, denunció el problema de contaminación ambiental y degradación del suelos y de fuentes de agua en la zona; al clamor de la comunidad acudió el Centro Humboldt, que desde julio de este año realizó un estudio en seguimiento de degradación ambiental en el municipio de Kukra Hill, ocasionado por el cultivo de palma africana y por la extracción de aceite vegetal.
Saturación de las pilas
Señala el estudio que la pila de oxidación de esa fábrica se desborda y va a parar al río Las Limas, provocando mortandad de peces, tortugas, cuajipales y reses, que sacian su sed en ese manto acuífero, según Maura Paladino, especialista en el tema de agua del Centro Humboldt. El problema tiene años de presentarse en el proceso de extracción de la semilla para obtener el aceite; mientras los desechos de la pulpa y el agua usada en el proceso se envían hacia los caños, el aceite se queda en la empresa.
“Se rompe el equilibrio de la naturaleza, se produce ácido sulfúrico, y el mal olor de la putrefacción porque al acumularse material orgánico se imposibilita la producción de oxígeno, se forma una nata (o mancha en la superficie del agua) que genera grandes niveles de contaminación en el agua del río Las Limas, afluente del río Malopy, que a su vez desagua en el caudaloso río Escondido, agravando los daños ambientales en tan importante reservorio de agua”, asevera Paladino.
Ya tienen dos multas
Los campesinos dicen que las empresas procesadoras de palma africana, de capital tico, han sido multadas en dos ocasiones por el Marena, cuyos montos suman más de 210 mil córdobas, pero las autoridades ministeriales y judiciales parecen ignorar el problema, y hasta académicos usan el campo para experimentar sus muestras. “Somos aliados a la empresa, no podemos meternos con ellos”, expresó una fuente.
Los denunciantes dijeron que no están interesados en el cierre de la empresa porque están conscientes de que genera empleos en la región, pero advierten que si ésta continúa vertiendo líquidos que dejan severos daños en sus propiedades, tomarán otras medidas, aun sin la intervención de las autoridades competentes.
“Nosotros somos pobres, no somos ganaderos (extensionistas) y las vacas o mulas que se nos mueren, nos dejan cada vez más pobres. Ellos dicen que hacen prácticas amigables y sostenibles con el medio ambiente, pero eso es falso, ya que cuando fumigan lo hacen en toda el área, y así nos matan nuestros siembros que sirven de barreras vivas (cercos) en nuestra finca”, nos dice la campesina Modesta García, y acota que la empresa ha encontrado una forma de agredirles sus fincas con los contaminantes para obligarlos a vender sus propiedades, cosa que nunca harán, manifiesta García.
En enero de este año se realizó un encuentro en la comunidad “Samuel Lao”, entre productores, Marena, la BICU y la Alcaldía de Kukra Hill, en la que anunciaban con bombos y platillos el establecimiento de la producción orgánica, encaminada a la reducción de la contaminación ambiental y la conservación de bosques, pero los afectados dicen que éste fue un circo, “sólo estuvimos allí para aplaudir, porque por primera vez nos visitaban grandes autoridades, era un acto muy colorido y bonito, pero eso fue todo”, acota doña Modesta García.
Más de mil empleos
El municipio de Kukra Hill está ubicado a 30 kilómetros de Bluefields, tiene una extensión territorial de 1,262 km2, y gran parte de la población son campesinos mestizos pobres que han migrado en las últimas décadas en busca de tierras y de empleo en la empresa Kukra Development Corporation, que es la principal fuente de empleos y de actividades comerciales.
La empresa Palma Africana posee un área de plantación superior a las 7 mil hectáreas, estimada en más de 10 mil manzanas y una planta procesadora de aceite. Cuenta con una plaza laboral de casi 1,500 trabajadores, tanto locales como migrantes de otras zonas.
Adiós a la frontera agrícola
En los últimos años, esta empresa ha venido ampliando la frontera agrícola, a costa de la práctica de la tala indiscriminada de grandes hectáreas de bosque para la siembra de la palma africana, pero las consecuencias de esta actividad acarrean una modificación en el equilibrio del medio ambiente, trayendo consigo la desaparición total de algunas áreas boscosas y de humedales.
El proceso de migración interna que promueve esta empresa ha generado al menos cuatro campamentos agrícolas; las labores que realizan los trabajadores van desde la cosecha, fumigación, colecta o coyoleo, caceo, poda, supervisión y sanidad vegetal, entre otros, y los salarios que se pagan en cada quincena están en el rango de entre los 700 y 1,200 córdobas con horas extras.
“Están envenenando nuestras fuentes de agua como el Río Guadamuz que recibe los desechos contaminantes de la palma, usan el Gramoxone, el Randall y otros químicos que llevan años de estarnos afectando, y nadie nos escucha, ni dice nada, todos están calladitos”, denuncia Astorga, en relación con las empresas productoras de aceite vegetal, Kukra Development S. A. y Río Escondido Industrial S.A., señaladas de contaminar el ambiente debido al desborde de las pilas de tratamiento, contaminación de suelo, subsuelo, y de especies florísticas y faunísticas, entre otros daños.
Daños de vieja data
Señalan los denunciantes que son muchos los perjuicios a causa de la siembra y extracción del aceite de palma africana en la población de Caño Las Limas y comunidades colindantes, en la que múltiples familias han sido afectadas, desde la instalación en la zona de esa empresa.
Don Pablo Rodríguez, líder comunal de Las Limas, dice que el problema de contaminación de Caño Las Limas tiene más de seis años, y se debe a los desechos tóxicos que desembocan allí. “Estamos sufriendo las consecuencias porque el ganado se está muriendo, ya que ese caño lo usamos para que los animales tomen agua, se bañen, y nuestra gente lave su ropa, pero de un tiempo para acá, aparecen los animales muertos, hay malos partos en las vacas y en las bestias mulares, y nuestros niños padecen de enfermedades respiratorias, manchas, picazón y ronchas en la piel”, sostiene don Pablo.
A lo anterior agrega que “son toneladas de humo las que nos echan diario, y todo este tiempo nos han tenido engañados de que se harán cargo, pero nunca hacen nada”.
Róger Montalbán, responsable de la Secretaría Regional de Recursos Naturales del gobierno autónomo (Serena), dijo que a pesar de generar empleo a la gente de la zona, la empresa falta a la ética cuando altera los datos de su estudio de impacto ambiental. “Existen modificaciones como el incremento de área, que no nos informara nada. Éste es un problema que se debe subsanar lo más pronto posible”, expresa Montalbán.
Consejo Regional desinformado
Por su parte, Ethell Christian, miembro del Consejo Regional, dice que la empresa está obligada a informar al pleno del Consejo sobre las formas de explotación de los recursos naturales, y aseguró que va a recomendar que se realice un monitoreo más cercano hacia las empresas. “Toda la información está concentrada en Managua, nadie conoce lo que esas empresas realizan aquí, estamos obligados a conocer el impacto que éstas tienen sobre nuestro medio ambiente”, añadió Christian.
A inicios de este año, un colectivo de familias campesinas de Las Limas, denunció el problema de contaminación ambiental y degradación del suelos y de fuentes de agua en la zona; al clamor de la comunidad acudió el Centro Humboldt, que desde julio de este año realizó un estudio en seguimiento de degradación ambiental en el municipio de Kukra Hill, ocasionado por el cultivo de palma africana y por la extracción de aceite vegetal.
Saturación de las pilas
Señala el estudio que la pila de oxidación de esa fábrica se desborda y va a parar al río Las Limas, provocando mortandad de peces, tortugas, cuajipales y reses, que sacian su sed en ese manto acuífero, según Maura Paladino, especialista en el tema de agua del Centro Humboldt. El problema tiene años de presentarse en el proceso de extracción de la semilla para obtener el aceite; mientras los desechos de la pulpa y el agua usada en el proceso se envían hacia los caños, el aceite se queda en la empresa.
“Se rompe el equilibrio de la naturaleza, se produce ácido sulfúrico, y el mal olor de la putrefacción porque al acumularse material orgánico se imposibilita la producción de oxígeno, se forma una nata (o mancha en la superficie del agua) que genera grandes niveles de contaminación en el agua del río Las Limas, afluente del río Malopy, que a su vez desagua en el caudaloso río Escondido, agravando los daños ambientales en tan importante reservorio de agua”, asevera Paladino.
Ya tienen dos multas
Los campesinos dicen que las empresas procesadoras de palma africana, de capital tico, han sido multadas en dos ocasiones por el Marena, cuyos montos suman más de 210 mil córdobas, pero las autoridades ministeriales y judiciales parecen ignorar el problema, y hasta académicos usan el campo para experimentar sus muestras. “Somos aliados a la empresa, no podemos meternos con ellos”, expresó una fuente.
Los denunciantes dijeron que no están interesados en el cierre de la empresa porque están conscientes de que genera empleos en la región, pero advierten que si ésta continúa vertiendo líquidos que dejan severos daños en sus propiedades, tomarán otras medidas, aun sin la intervención de las autoridades competentes.
“Nosotros somos pobres, no somos ganaderos (extensionistas) y las vacas o mulas que se nos mueren, nos dejan cada vez más pobres. Ellos dicen que hacen prácticas amigables y sostenibles con el medio ambiente, pero eso es falso, ya que cuando fumigan lo hacen en toda el área, y así nos matan nuestros siembros que sirven de barreras vivas (cercos) en nuestra finca”, nos dice la campesina Modesta García, y acota que la empresa ha encontrado una forma de agredirles sus fincas con los contaminantes para obligarlos a vender sus propiedades, cosa que nunca harán, manifiesta García.
En enero de este año se realizó un encuentro en la comunidad “Samuel Lao”, entre productores, Marena, la BICU y la Alcaldía de Kukra Hill, en la que anunciaban con bombos y platillos el establecimiento de la producción orgánica, encaminada a la reducción de la contaminación ambiental y la conservación de bosques, pero los afectados dicen que éste fue un circo, “sólo estuvimos allí para aplaudir, porque por primera vez nos visitaban grandes autoridades, era un acto muy colorido y bonito, pero eso fue todo”, acota doña Modesta García.
Más de mil empleos
El municipio de Kukra Hill está ubicado a 30 kilómetros de Bluefields, tiene una extensión territorial de 1,262 km2, y gran parte de la población son campesinos mestizos pobres que han migrado en las últimas décadas en busca de tierras y de empleo en la empresa Kukra Development Corporation, que es la principal fuente de empleos y de actividades comerciales.
La empresa Palma Africana posee un área de plantación superior a las 7 mil hectáreas, estimada en más de 10 mil manzanas y una planta procesadora de aceite. Cuenta con una plaza laboral de casi 1,500 trabajadores, tanto locales como migrantes de otras zonas.
Adiós a la frontera agrícola
En los últimos años, esta empresa ha venido ampliando la frontera agrícola, a costa de la práctica de la tala indiscriminada de grandes hectáreas de bosque para la siembra de la palma africana, pero las consecuencias de esta actividad acarrean una modificación en el equilibrio del medio ambiente, trayendo consigo la desaparición total de algunas áreas boscosas y de humedales.
El proceso de migración interna que promueve esta empresa ha generado al menos cuatro campamentos agrícolas; las labores que realizan los trabajadores van desde la cosecha, fumigación, colecta o coyoleo, caceo, poda, supervisión y sanidad vegetal, entre otros, y los salarios que se pagan en cada quincena están en el rango de entre los 700 y 1,200 córdobas con horas extras.
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