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Al menos ciento quince
representantes de los pueblos originarios y afrodescendientes de México,
Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, se encuentran reunidos
desde este 9 de julio en el “Segundo Encuentro de Autoridades de Pueblos
Originarios y Afrodescendientes de Centroamérica”, realizado en
Jinotega, Nicaragua.
Con ciertos matices, según los
niveles organizativos de cada pueblo y comunidad, se ha demandado por décadas
en las calles, ante la opinión pública y los funcionarios estatales de nuestra
Centroamérica por el cumplimiento a las leyes y los convenios internacionales ratificados,
que reconocen la existencia y, sobre todo, el derecho a su identidad y
autodeterminación sobre su territorio y representación política. Muchas de
estas reivindicaciones son criminalizadas por las autoridades y en consecuencia
reprimidas con brutalidad.
Mujeres
originarias “enemigas” del Estado
Los casos de violencia más
extremos son reportados en Guatemala, donde mujeres originarias han denunciado
feminicidios, y continuación del exterminio indígena a punta de bombas y balas.
Principalmente, la desvalorización a las mujeres genera persecución,
violaciones sexuales, asedio militar hasta culminar en asesinatos atroces. Ante
esta cruel realidad, mujeres demandan que el exigir el pleno goce de sus
derechos no les signifique perder sus vidas.
Minería e
hidroeléctricas: “proyectos de muerte” ocupan territorios
Los estados centroamericanos
propician la ocupación territorial y explotación irracional de los recursos
naturales, denuncian las autoridades presentes en el Encuentro. Y ante esto se
demanda unidad que fortalezcan acciones coordinadas de los Pueblos, que han
sido divididos por las pretenciones público-privadas de apoderarse de sus
tierras.
En el caso de El Salvador, los
pueblos originarios no son reconocidos constitucionalmente ni poseen
territorios. Mientras, Estados como el costarricense es denunciado por dejar
las leyes en papel mojado. De modo que la delegación costarricense afirma que a
la fecha las tierras de los pueblos originarios no están en sus manos. Esto
como resultado de las argucias gubernamentales para debilitar sus organizaciones.
Tanto El Salvador como
Nicaragua exigen reforma constitucional que reconozcan específicamente a los
pueblos originarios. Este reconocimiento de identidad y autonomía debe también
conllevar el respeto a sus tierras.
Tras plantear el contexto de
los Pueblos Originarios y Afrodescendientes de Centroamérica, las delegaciones
elaboraran un único pronunciamiento que servirá para establecer un
posicionamiento ante los Estados Centroamericanos. Y mediante este documento se
espera establecer un mecanismo de diálogo intercultural, que permita a los y
las delegadas abordar la situación de sus pueblos y proponer soluciones de los
conflictos con las autoridades estatales en cada uno de sus países.
Mañana, al final de evento,
será firmando un pronunciamiento por la representación de cada una de las
delegaciones durante un ceremonia que se llevará a cabo en el cerro Yucapuca,
para posteriormente clausurar el Encuentro con una ceremonia espiritual.
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